domingo, 27 de enero de 2019

MARTIN SORRONDEGUY, EL PUNK, CHILE, STRAIGHT EDGE, SUS BANDAS, EL TRABAJO Y EL AMOR A LOS 50 AÑOS (ENTRE OTRAS COSAS)


Martin en su departamento en Pilsen.

Junio 25 de 2018, Chi-Town Fútbol, Chicago, Illinois
Yo estaba parado, solo, mirando la feria, la gente, sus vestimentas.
Tomaba agua.
-Hola Martin…
-Soy Gustavo de Chile.
-Hoola.
-El lunes estuve en el barrio de Pilsen y me acordé de la canción “No existen palomas blancas en mi barrio”. Chi-Town está muy cerca, ¿en la letra de Los Crudos te referías a ese sector?
-(sonrisa iluminada) Sí, de Pilsen y de otras zonas cercanas. En ese tiempo, la primera mitad de los noventa, era y es nuestro hogar, un barrio muy peligroso. Hoy es mucho más tranquilo; el lugar ha cambiado porque gente rica se está comprando edificios en este lugar. Pero las pandillas eran bravas.
Pilsen es el barrio mexicano/latino de Chicago. En sus añosos edificios de plantas bajas relucen coloridos y bien cuidados grafitis que maquillan las décadas.
El español es el idioma común, mujeres que han trabajado toda su vida para educar a sus hijos, con suerte, hablan un par de oraciones en inglés, es una realidad marcada por el sacrificio para alcanzar oportunidades que aprovechan sus retoños.
Seguimos en la tocata.
Esa noche se presentan Acela, Violent End, Riesgo, Criminal Code, de Seattle, y Haram, de Nueva York.
-Mira José, él es Gustavo, de Chile.
Los tres conversamos de la época que nacieron Los Crudos, cuando Assück, Born Against y otras bandas influyentes se extinguían. También hablamos de Chile y el lamentable 2013.
Los siguientes meses, sobretodo en las actividades que se realizaban en Pilsen, Martin estaba ahí, con su cámara, sus poleras sin mangas, y su pasión por registrar los pequeños y grandes momentos de su barrio.
Rápidamente quedamos de juntarnos, hablamos varias veces mientras las bandas se instalaban o al final de un show.  

25 de septiembre de 2018, Pilsen. Chicago, IL.
Quedamos de reunirnos a las 17 horas, en el sur de Chicago, en la dirección que Martin me dio.
La dirección me llevó a un edificio de cuatro plantas, donde después me contaría que ahí viven sus padres, su hermana, en distintos pisos independientes, pero conectados por la escalera principal.
Después recordé haber visto esa frontis con punks sentados en la escalera que da a la calle.
Martin vive en el último nivel.
Al ingresar a su hogar lo primero que ves es una muralla de discos, que confiesa, eran casi el triple pero que empezó a “soltar” con el fin de quedarse con lo que realmente le gusta: Anti-Cimex, Chumbawamba, Crass, entre miles más están en la pared, me muestra los 7”s de Minor Threat, que consiguió baratos, uno; el otro fue un regalo de una vieja punk. La lista es interminable.
En el universo de Martin se sabe que hay discos que se tasan fácilmente sobre los mil dólares, pero el intercambio, o los regalos, o cosas que consigue baratas es porque se mueve en un ambiente donde se sabe que si te regalan algo, no lo venderás y si lo consigues a un bajo precio después no lo estarás colgando en E-bay por una suma abultada.
Los discos curiosamente serán lo menos llamativo del hogar de Martin. Lo que sorprende son los miles de flyers, desde los anales del punk hasta nuestros días; de los cientos de afiches de Raymond Pettibon, de Black Flag, Minor Threat, Dropdead y un sin fin, ordenados por coordenadas geográficas.
En casa de Martín está todo sobre Los Crudos, los afiches, tapas; y Limp Wrist. Martin siempre se da el tiempo de contar anécdotas, detalles de cómo consiguió tal y tal cosas. También está todo Lengua Armada y hay fanzines por doquier.
El orden de sus cosas es casi obsesivo.
Es un museo del punk Americano sin querer serlo.

Afiche pegado en el local 2040 de Chicago.
1998-2000 (Después de “Los primeros gritos”)
Después de Los Crudos empecé con Limp Wrist; hice, además, varios proyectos musicales, hice Trágatelo, durante la época de Los Crudos estaba Arma Contra Arma, José y yo más dos hermanos de México que estaban viviendo acá; también hice N/N, Needles. Ahora estoy empezando un nuevo proyecto, se llama Canal Irreal, el nombre es un juego, es como si fuera un programa de televisión, algo mas raro, tan impresionante, que es irreal, no lo puedes creer. Nos gustó el juego de palabras y quedó para la banda…. ¡También tuve Alambres! Con esta banda recién estamos viendo como sonamos.
Cuando me fui de Chicago, en el 2000, me fui a California. En esos dos años que estuve aquí estuve con Limp Wrist. La mayor parte de los muchachos vivían en el Este. También pasé mucho tiempo en Filadelfia, New York , escribiendo temas, ensayando. De hecho, la primera tocada que hicimos fue en Filadelfia.
Me subía a los omnibuses, que eran más baratos. Me tomaba uno de Chicago a Filadelfia, qué sé yo, 50 dólares o algo así. Entonces, yo guardaba el dinero para hacer cosas. ¿Cómo me mantenía? No usaba tanto dinero, era llegar ahí, me quedaba con los amigos, comíamos barato; era así, muy punk en el sentido de que... es que también era una época en que las cosas no eran tan caras; era mas fácil, teníamos amigos que trabajaban en las tiendas de comida health food y entrábamos y nos regalaban la comida… jajajá, entonces, siempre había maneras de sobrevivir y hacer las cosas.
Y seguía, claro, con Lengua Armada, respondiendo cartas, sacando discos, intercambiando, tenía una distro, iba a las tocadas o cuando tocaba tenia una caja de discos para vender.
No sacaba ganancias y si lo lograba la gastaba en el sello, entonces, siempre era como un balance, ¿si sacabas un poco más?, ¡qué bueno!, pero hacías algo, no sé, sacar un nuevo discos. Yo reciclaba el dinero que entraba; pero también nosotros hacíamos las cosas tan baratas. Charles Bronson costaba cinco dólares, que no es nada hoy. Un 7”, hoy, te sale siete dólares. En esa época, los noventa, la gente vendía discos, un elepé a ocho dólares y era común, y nosotros vendíamos a 5 pesos.
Hay discos, como el de Charles Bronson, que hoy si lo encuentras cuesta mucho mas, mucho más, pero esa es otra conversación, donde las cosas que antes eran gratis hoy valen dinero.
Desde el ’98 estuve en Chicago hasta el 2000, luego me fui a California. Me fui por un novio que tenia y me fui para allá para vivir con él, y él no era punk, era artista. Yo en ese entonces trabajaba en educación; entonces, todo bien, pero él siempre me decía: “Cómo vos regalas todo”. Siempre mis novios se quejaban que yo regalaba todo. “Vos siempre estás dando a todo el mundo y no lo entendían por qué hacia eso, y es porque mi punk es eso de compartir, intercambiar, hacer cosas, conocer gente, es algo muy importante. Ahora es más complicado, podés hacerlo pero si yo le doy algo raro a alguien, algo distinto, algo viejo, después estás cruzando los dedos para que no lo estén vendiendo en E-bay… “Hey, viejo, te lo regalé!”. Hay mucha gente que paró de hacer eso porque no sabían qué iba a pasar con lo que le regalaban.
Si tú vendes un disco barato es porque querés venderlo barato, no al precio de Discogs, o lo que sea, entonces, un loco viene lo compra y lo vende al triple por lo que lo vendiste. Entonces, es una joda.

Tiza, pizarra y ¡Maximum Rocknroll!
Estuve cinco años en Santa Ana, California, que está al sur de Los Angeles, y estuve cinco años, y después me fui a trabajar con Maximum Rocknroll en San Francisco.
En Santa Ana yo trabajaba con niños en una escuela, y eran programas de artes después de las clases. Cuando me puse a trabajar mas seriamente fue cuando llegué a California. Ahí trabajaba en una escuela montessori y ahí era bastante seria la cosa, no era arte- arte, pero hacía cosas ayudando con Historia, clases de inglés, eso era lo serio, cuando digo “serio”.
Me metí a la Universidad de San Francisco para agarrar mi credencial para ser maestro, estudié Pedagogía Secundaria y cuando salí de ahí me dieron un trabajo en California en un liceo secundario y ahí trabajé por cuatro años y era maestro de arte.
Siempre tuve trabajos, no vivía de Lengua Armada. En gira podés ganar un poco para sobrevivir y, además, te dan de comer, pero cuando estaba en casa yo trabajaba en un programa de juventud, con jóvenes, y ahí sacaba plata. Atrás de eso podía viajar también, pero también, en ese entonces, las cosas eran baratas.
Por ejemplo, antes tenía un departamento que era dos veces más grandes que esto, dos baños, cuatro recamaras y la renta era 390 dólares, ¡que no es nada!, y yo estaba solo y dije: “¡Esto es demasiado espacio!”. Entonces, entraron varios de Los Crudos, y ahí estábamos viviendo y con otros amigos y mi renta eran 100 dólares. Para una gira tenia dinero, yo podía ahorrar plata, eso cuando estaba en Chicago.
En California fue más complicado, mi renta, a pesar que estaba en San Francisco, no era tan cara; una de mis compañeras con la que yo vivía tenia el apartamento desde los noventa y tenia rent control.
Estuve cinco años con mi pareja, nos separamos y me fui a la Maximum Rocknroll. Y después de trabajar como tres años de coordinador de distribución, pensé en el plan de estudiar para recibir mi credencial.
La experiencia en la Maximum Rocknrolll fue buenísima. Yo me quedé ahí en San Francisco, me quedé como diez años; vivía a la vuelta de la MRR, y estuve ahí hasta que perdimos el apartamento. Yo todavía trabajo con Maximum pero a larga distancia: escribo, mando fotos y todavía ayudo con el grupo que se reúne para ver qué se puede hacer con la revista.
El trabajo en la Maximum fue increíble, me gustó mucho… me gustaron los proyectos que hicimos, sacar discos, hacer un diseño especial, de una camisa, sacaba fotos de aquí, de bandas, siempre era generando contenidos.
La revista siempre está cambiando y depende de la gente que la está manejando, por eso siempre está cambiando un poco. Si miras los años te das cuenta que había algo que pasó, y eso viene atrás, de los cambios de la gente que lo coge, que lo maneja, en este momento van bien pero igual va a cambiar, ¡nunca se sabe! Es una revista que tiene 35 años y antes de eso era un programa de radio, entonces estamos hablando de una cosas que empezó el ‘77 y todavía sigue, eso sobrevive a mucha gente… el que lo empezó falleció hace años. También hay otros que han fallecido, entonces, tiene mucha historia, mucho para contar.
Cuando estaba en California seguía con Limp Wrist y además empecé a organizar conciertos en Santa Ana. Traje a La Fraction, a Disclose, de Japón, a Career Suicide.  Empecé a invitar bandas, porque sentía que faltaba mucho del diy punk y empecé a invitar gente y estuvo muy bueno

Mira ¡Es Martin!
En el principio la gente que me conoce desde años son mis amigos, ahí no me da nada raro, son los más jóvenes, es como “Ooh eres tú, Martín”, pero nunca le echaba mucha leña o importancia; era: “Sí, cómo te llamás?” y eso es; tú eres punk y yo soy punk voy a organizar un show, ¿quieres ayudar? Y es un balance entre esas personas y yo, es que me recuerdo: una vez un chico me dijo: “Fírmame esto”, y yo le dije: “Pará, no”, y él respondió algo así como “hijo de puta” y yo le dije: “Hey!, yo siempre estoy aquí, yo te puedo firmar esto y no hablar más, pero yo siempre estoy aquí, y podemos ser amigos, qué preferís...
Para mí es raro, pasa eso, y en Chicago yo voy a los concierto siempre y yo todavía estoy interesado en música, en lo que es nuevo, en lo que esta saliendo del punk. Tengo interés en eso, y ahí ves, hay jóvenes que se ponen como “uy, es Martin de Los Crudos”, y yo soy una persona común y corriente que quiere tener esa experiencia de música, de arte.

De regreso a casa… las cosas estaban cambiando en San Francisco
Mis padres, mis viejos, se están poniendo viejos. Mi papá tiene 87 y mi mamá 79 y era tiempo en volver. Las cosas estaban cambiando en San Francisco dramáticamente. San Francisco, antes, era una ciudad que era muy especial, que era muy artística, muy punk. En una época habían miles y miles de punks que vivían en la ciudad; habían muchas cosas y con el tiempo fue cambiando.
En los noventa todavía era muy interesante, pero hubo golpes muy duros… ¿que pasó? El sida mató a mucha gente gay, a gente muy creativa… también, toda la movida de la tecnología y las multinacionales empezaron a mudarse a San Francisco, a esa zona, y compraron casi todo. Hoy es difícil, es casi imposible para un músico sobrevivir allá; San Francisco se acabó para mucha gente y tuvieron que irse. Y nosotros perdimos nuestro departamento y esto para mí me pasó en un tiempo muy especifico, entonces, dije: “Yo tengo que volver a Chicago, mis padres se están poniendo viejos, ya quiero estar ahí por un rato. No creo que me quede el resto de mi vida en Chicago, pero por ahora estoy bien aquí.

El amor, la distancia, los años
Tengo pareja aún en California, mi relación es a larga distancia. Y lo hacemos así: él estuvo hace poco aquí y yo me voy pronto a visitarlo. Llevamos más de 14 años juntos: yo tengo 50 y el 68 años. ¿Cómo es estar tanto tiempo de una persona y después es estar lejos de ella? Hay momentos… pero desde el principio estamos a larga distancia; él vive en Fresno, a tres horas manejando de donde vivía, entonces, nos veíamos los fines de semana… pero nosotros nos acostumbramos. Yo no me siento que lo necesito acá. Hablamos todos los días, hay momentos que sería lindo tenerlo acá… pero si me pongo muy desesperado, si lo extraño y tengo que verlo es un vuelo de cuatro horas.
Cuando era mucho más joven pensé en tener hijos, pero no es mi vida: yo tengo mis sobrinos, yo siempre soy el tío, y me gusta ser parte de su vida, de su familia y es suficiente para mí, no necesito más.
No sé qué irá a pasar conmigo en 10, 20 o más años. Es difícil pensar tantos años adelantados y no me gusta hacerlo. A veces pienso un poco… ¿voy a vivir a los 80, los 70 años? ¿Viviré mañana? No lo sé, yo creo que quiero tomar cada día, que llegue, me gusta así, hacer planes en el sentido que quiero hacer una gira, no sé, por ejemplo, vivir en un lugar y ver como me va; pienso, hoy no me gusta como están los Estados Unidos ahora, son cosas que pienso, pienso en mi arte, en mi fotografía.
Siempre estoy haciendo cosas, ahora voy a sacar un disco de una banda que se llama Mock Execution, les sacare un 7”; eso no fue en los planes originales, pero pasó de golpe y quiero hacerlo, y entonces uno siempre puede tener un plan, pero nunca hay nada fijo, todo cambia.

Con el trabajo, sino ¿Cómo paramos esto?
Aquí en Chicago estoy trabajando con adultos en el área de la educación, tratando de ayudar. Los alumnos, en su mayoría, son madres inmigrantes y trabajo ayudándolas a recibir su diploma de secundaria, ese es mi trabajo; también hago clases de computación con ellos, porque muchas de ellas no tienen experiencia; mi jefe es la Universidad de Illinois de Chicago, pero trabajamos en los barrios, entonces yo trabajo por el 47 y Ashland y ese barrio es bastante bravo.
Mi trabajo es bastante normal, el horario es regular y eso es difícil para mí, eso es complicado… la ultima vez desperté en la noche con cosas en la mente, eran las 3 de la mañana con cosas en la mente; a veces no sé de donde saco la energía; hay momentos que yo me siento “Uff”, ando cansado. No puedo hacer las cosas como antes, que era joven y no dormía dos días y estaba trabajando y hacía cosas.
Cuando estudiaba fotografía me quedaba en el cuarto oscuro haciendo fotos, imprimiendo, eso no lo puedo hacer ya, me cuesta quedarme despierto hasta las 2, 3 de la mañana, porque me levanto a las 5 y media para trabajar y no puedo cambiar mi horario. Con este trabajo todo cambia, pero ya no puedo hacer lo de antes.
Mis jefas saben a lo que me dedico, los alumnos no, no hablo de eso, la verdad trato de dejar las cosas separadas, quiero enfocarme en lo que estamos haciendo, en la materia, el enfoque es de ellas, tratando de ayudarlas y no en lo que yo hago.

Somos punks, no tenemos que hacer eso
Estuve en México el mes pasado y caminando por la calle pasó varias veces, chicos vendiendo algo en la calle y uno me grita: “Hey, Martin, qué pasó”. Otro día pasando por una tienda y los muchachos adentro y uno tenia tatuada la cara y de repente siento unos gritos, y me doy vuelta y me estaban siguiendo: “¡Martín!”, me tomaron fotos, pero esta bien, es que yo no sabia, yo voy caminando… en México me pasó que iba pasando por la casa donde se quedaba el nuevo Presidente y había un montón de periodistas y uno de los muchachos me para y me dice: “Martín, ¿qué estás haciendo acá? Yo vi a Los Crudos y a Limp Wrist”.
Pero es que claro, cuando haces algo por tanto tiempo va a pasar eso; si acumulas a toda la gente que nos ha visto en todas las bandas es mucha gente, pero a veces prefiero calmarlo, tomémonos una foto, ¿cómo te llamas?, es que eso está bien, entiendo que pasa, pero también es un poco incómodo. Años atrás, me pasó en California, mi ex novio se sintió  por como unos chicos me empezaron a gritar y tuve que calmarlos, y tuve que decirles: “Calma, loco, es mucha atención”, y otra gente mirando y era raro y yo les decía “Somos punks, no tenemos que hacer eso, si quieres podemos hablar, pero si gritas así me da miedo, es raro”.

Los Crudos: Nunca nada cambia
Con Los Crudos estamos hablando de escribir un nuevo 7”, lo que no queremos hacer es tocar muy seguido, de vez en cuando, creo. También es porque el bajista vive en California, no podemos tocar en cualquier momento, depende de todo, de qué queremos hacer. La pregunta de qué se va a tratar, pero en algún momento se va a hacer algo más.
Desde que empezamos con Los Crudos, lo que expresamos, no ha cambiado nada, ¡no ha cambiado nada! Todo está más abierto, con internet te das cuenta de la cantidad de gente racista, de gente que son fachos, eso está más a la vista. Es más fácil encontrarlos.
Yo pienso que Internet le dio la cara a algo que sabíamos que existía, pero también tenemos un Presidente y toda su gente que es lo peor que henos tenido, creo y es como no sé, yo creo que lo que escribimos hace casi 30 años atrás tiene mas sentido hoy que en esa época… es como… fuck!
He escrito muchas canciones, muchas letras, si lo acumulas es mucho. Yo pienso ahora lo que hago, si es algo que quiero decir hay tantas, distintas formas de llegar a un mensaje o a una idea que no tiene que ser por este camino o por otro; no sé si tiene sentido, pero me gusta jugar con las palabras. Yo quiero escribir cosas que no son políticas, son personales, son una frustración, no tiene que ser algo súper dogmático, no, eso no quiero, no quiero escribir letras que sean un panfleto, nunca me gustó eso.
Hoy en día tengo bandas muy distintas, Limp Wrist y Los Crudos son muy distintas, una es más sexual y me encanta, y es otra es mas para expresarme, Los Crudos es un poco más serio, más enfocado en la reflexión de lo que está pasando en el mundo hoy, acá o dónde sea, si tengo que escribir tendría que sentarme y pensar.. qué puedo decir de la basura de este Presidente que tenemos de la manera que no mencione su nombre.

Obama, es la política… y Trump
Esa es la primer elección que voté en m vida; antes no votaba porque no era ciudadano, y cuando me hice ciudadano no quise votar por mi política punk, o lo que sea, pero entonces, cuando llegó este momento que llegó Obama, me gustaba cómo hablaba, me gustaba su forma de presentarse, pero también pensaba que era difícil, complicado pensando en la historia de este país y hasta que llegó el momento en el que había un candidato que era inteligente, que era negro impactó y movió a mucha gente y yo y otros punks también acá, y para muchos de nosotros fue a primera vez que votamos y yo estaba muy asustado… pensé que no iba a ganar, no sé si iba a ser posible, pero me recuerdo el día de la elección y yo esta recorriendo la calle y estaba muy nervioso cuando voté.
Entonces, estaba en la casa y estaba todo súper raro; yo estaba muy pensativo pensando qué va a pasar y me llama Scott de Limp Wrist y me dice: Martín, estoy en el Castro”, un bar gay donde íbamos, en San Francisco. Voy y hay mucha gente, y dije “Bueno”.
Voy y bajé y estamos ahí y cuando anunciaron que ganó Obama fue impresionante, porque había un montón de hombres, señoras, llorando porque no lo podían creer ¡Nadie lo podía creer! Era ¿Cómo un hombre negro ganó en este país? Lo que significa eso, con una historia tan racista, cuando piensas en toda esa historia… nadie pensaba que en nuestras vidas podía pasar eso y en ese sentido fue algo tremendo para todos, en un momento la calle estaba llena de miles de personas ¡y era una fiesta loca!, fue un momento muy feliz, para mí era una patada en la cara y el culo al Ku Klux Klan y toda esa historia, para mi fue impactante en ese sentido.
Después, ya electo, habían cosas buenas y malas, es como en la política, en realidad.
Él firmó el contrato con Monsanto y eso me molestó: no lo podía creer, ¿por qué nos están envenenando? y eso para mí no, aquí es la política de mierda, es lo que pensé.
En las últimas elecciones yo quería ver si Bernie Sanders podía correr y mucha gente de izquierda quedó furiosa porque no puedo. Yo no apoyaba a Hillary Clinton ni menos Trump, entonces era como, no, en esto no voy a participar.
El problema de la gente de las ciudades grandes es que nosotros pensamos que el mundo es así, porque lo vivimos así, pero la vida en el pueblo, en la vida country no lo ven así, y hay mucha gente que tienen ideas muy derechistas y muy conservadoras y no sé, es un mundo muy distinto, entonces, para la gente en las ciudades grandes, era como un choque, y él sabia que para ganar debía convencer a toda esta gente de que él era su gente; él dijo cosas súper feas, racistas y todo y eso y le gustaba a la gente. Y  ganó. También nosotros tenemos un sistema electoral muy torcido que no tiene balance.

Cadenas, trasero al aire, Limp Wrist (y house)
Facades es como algo que parece pero no lo es, es como la fachada de un edificio, te muestra una cara pero puede ser otra cosa.
La foto de la portada la hicimos en San Francisco, y yo quise hacer un retrato de la banda y creo que estamos todos juntos escribiendo música, pero también había una tocada y nos vestimos así, jajajá, y me senté con esa foto por casi cuatro años esperando… no la quería mostrar hasta que sacamos el disco. Tuvimos demasiada paciencia. Yo estaba así, quería mostrar la foto al mundo.
La música del lado B, que es muy diferente, es porque nos gusta esa música también. La cosa es esta: desde niños, de joven, siempre me gustaron muchos estilos de música. Yo no nací punk; no era la única cosa que escuchaba y no fue así para mucha gente: la mayor parte de la gente aquí en Chicago.
Casi todos los jóvenes que vienen de barrios latinos o negros escuchábamos la música house… Casi todos los chicos de Sin Orden se criaron escuchando música house, porque era la música del barrio Pilsen y muchos más barrios latinos y negros… tenías música cultural y house. Los chicos de Sin Orden escuchaban rancheras y house y les llegó el punk.

Canciones, el disco que casi no escucha
Hay discos con los que quedé contento y otros no. Es difícil esto, me gustó como salió el último disco de Needles, el de Limp Wrist, de Los Crudos no me gustó el Canciones para liberar nuestras fronteras; no me gustó como salió mi voz en ese disco, pero me encanta el disco compartido con Spitboy; en el disco de Trágatelo toqué en la batería, generalmente, cuando saco algo me gusta. El único con el que tengo problemas es con el Canciones para liberar ... Ese es el único disco que me sentí mal y casi no lo puedo escuchar.

Ponte (poca) ropa y al escenario
¿La ropa para Limp Wrist? Para los pantalones, voy a una tienda de segunda y compro vaqueros viejos, y los cortos hasta que queda casi nada; los suspensores son de cuero, esos los compré en San Francisco en una zona de cueros; también tengo un sombrero, tenia una antigua que me robaron en la vez pasada, era una clásica de cuero que tenia cadena… y eso me lo robaron en Argentina; durante el show un tipo subió, me lo arrancó de la cabeza y se fue. Ahora tengo uno nuevo, conseguido en una tienda de cuero de Los Ángeles. Si veo algo y es bueno, lo llevo.
Antes, cuando estaba en Los Crudos podía pasar un calor brutal, y no me quitaba la camisa o nada, yo era flaco en esa época. Yo no sé cómo me entraba vergüenza y no sé de dónde vino eso; me criaron católico, no sé si detrás de eso venía el no mostrar tu pecho: era algo raro. En los últimos años de Los Crudos, yo estaba en Canadá, y pensé que está será la primera vez que me sacó la camiseta, y fue poco a poco, explorándome a mí mismo, y tratando de empujarme los limites que tuve en mi propia mente y cómo pensaba las cosas.
Poco a poco fui moviendo las cosas y haciendo el esfuerzo para cambiar ciertas cosas, había una época que sentía que tenia tantas reglas en mi vida, era straight edge.

Ejército de salvación sxe
Fui straight edge desde 1982 hasta el 2007, 2008. Estuve casi desde los inicios, y es porque yo era straight edge antes de que estuviera metido en el punk. No sabia quiénes eran los Minor Threat. Yo no bebía ni me drogaba porque no quería ser como otros chicos del barrio que se estaban drogando y todo eso. Y a través del punk me enteré del straight edge; y para mí tenía sentido eso porque no me gustaba que la gente se drogara o emborrachara y yo no sabía si estaban vivos o muertos, y yo no quería eso para mí. Era un descontrol y siempre quería tener un control de mí mismo; y cuando me enteré de esto dije “Esto es fácil para mí… y me gustaban las bandas straight edge, pero yo hablo de los viejos tiempos.
La primera vez que vino Youth of Today a Chicago me gustaron, me gustó su energía, estaba bien, y empezaron a llegar más bandas y todo, pero cuando la primera vez que escuché straight edge, creo que el año 85 y era Minor Threat.
Después las cosas cambiaron, cuando me preguntaban qué bandas de Nueva York te gustan yo respondía Heartattack, Reagan Youth, y me decían: “Noo, Sick of it all”, y yo los escuchaba y era diferente. lo que me gustaba de los más antiguos era porque sonaban punk.
Después empiezan las reglas, la militancia, para mí eso es basura, no quiero nada de eso. Militantes cerrados, que dicen esto es mi mundo, a la mierda con el resto del mundo, fuck everybody else. Yo no quiero eso, eso era como contrapunk; eso lo haces vos, tú y tus amigos y se visten todos iguales, y comen así, y se visten así, y no había espacio para moverse para crecer. Y esa es una de as cosas horribles del punk, donde nadie puede cometer un error, no dan un espacio para cometer un error y aprender de ese error. Hiciste algo mal, estás condenado: “Andate a cagar”, “te echamos de la escena”… yo no lo entiendo, no tiene sentido, pero hay gente que le gusta eso.
Empecé poquito a poquito, me gusta el vino y me siento bien con el vino. No soy un tipo que haya dicho que soy un straight edge militante y ahora me inyecto heroína. No fue nada de eso: tomo vino y no me emborracho. El propósito straight edge era “controlando el descontrol” y llegó un momento que todo era tan militante, tan estricto y bueno, si quieres manejar tu vida así, anda, pásalo bien.
Yo odiaba la escena de Victory Records, sus bandas, yo era straight edge en esa época y esa gente eran podridos. Yo era un punk y yo intenté en el principio juntarme con ellos, ver qué pasaba, pero ahí empezaron con las reglas, todas esas bandas. También otra gente empezó a meterse en las religiones, el hare krishna… y yo me preguntaba ¿Qué pasa?
Entonces ese straight edge no es mi escena, no es mi mundo; ellos se separaron del punk. Youth of Today tocó con 7 Seconds, Christ on Parade; Indigesti de Italia, ¡todos en el mismo concierto! Pero finalmente todos se fueron separando, todos después eran un mundo aparte y nadie tenia que ver con el punk y la unidad… y para mí era como bueno, nosotros vamos a hacer nuestras cosas con otros punks en Chicago, con Charles Bronson, Mk ultra, Los Crudos; en las tocadas habían straight edge´s y no straight edge´s y vamos,  no importaba, vamos a tocar juntos, vamos a hacer cosas positivas, vamos a tocar en los barrios con los chicos latinos y con los que quieran hacer algo diferente.
Nuestra perspectiva era diferente, nosotros no veníamos de los suburbios ricos, veníamos de los barrios y el enfoque era: los chicos y el barrio, qué está pasando, se están matando entre ellos, con las pandillas, y queríamos algo diferente.
Y cuando alguien viene y me habla que suena tan afuera de mi mundo no pasa nada, es bueno escuchar cosas, pero cuando vienen y dicen estas son mis reglas, es como “No, men”, yo tengo otros trabajos que hacer.

En Pilsen, los malos ahora son otros
Si antes las pandillas y la violencia era un problema, ahora es otro: hay un político de mierda que está vendiendo el barrio, se llama Danny Solís y él ha desplazado más de diez mil mejicanos de este barrio en los últimos años ¿qué hace? Él hace todo fácil para que una gente, que tiene mucho dinero en sus espaldas, tome propiedades de gente cuando alguien falló en pagar los impuestos; empiezan a agarrar los edificios, los arreglan, los cambian y suben la renta. Además, si quieres armar un negocio tienes que ir por las oficinas de este loco y su gente para sacar los permisos. No se las dan a cualquier persona del barrio. Entonces, cambian todos los negocios del barrio, la gente empieza a comprar casas que son baratas o les ofrecen 60 mil dólares, a la gente que es muy vieja y ellos se van a México y a ellos no les importa, y han ido acumulando propiedades.
Hay gente mayor que tienen casas, que eran dueños de las casas… un amigo compró una casa, y era tan difícil para él, un ecuatoriano que vive acá. Él estaba tratado de comprar una casa de una señora vieja mexicana y venían y le ofrecían más dinero que el que mi amigo podía dar, y no podes competir con ese tipo de dinero y negocios. Esas son organizaciones que tienen millones de dólares… pero la señora, por alguna razón le cayó bien mi amigo y le dijo: “Te quiero vender la casa a ti”, pero estos locos ricos hasta trataron de comprar a sus hijos para convencer a la mamá de vender a ellos. La mamá se enteró y dijo: “A la mierda con ellos, son podridos”, y le vendió a mi amigo.

Las palomas blancas de mi barrio
El barrio tiene una historia bastante fuerte, es como el barrio de las “Empacadoras” hoy, donde hay mucha violencia, muchas pandillas, ahí está: disparan y matan, es un lugar bravo, así era antes.
Hoy Pilsen, en este momento, todo el “18” ha cambiado, los negocios, hay muchos de lana, pero todavía hay mucho latino... pero lo que pasa es que ellos no quieren, los ricos, un balance, quieren todo, entonces es como ... muchos jóvenes y gente que eran anti gentrificación, siempre dicen: “La gente blanca, la gente blanca”. Eso no pasaría si no tuvieran la ayuda y el apoyo de Danny Solís, esta persona parece como mexicano pero sus intereses son muy distintos, no son del pueblo.
Hoy día, los latinos se están desplazando al sur; es que Chicago está cambiando. El alcalde de Chicago es una mierda, ahora se va. Él ha hecho cosas en esta ciudad que son terribles, aumentaron los impuestos de propiedades 75% y hay un éxodo grandísimo de gente que era de chicago la gente se va. Esta no es la misma ciudad en la que a mí me criaron, no me gusta, se puso caro, yo te hablo 7 años atrás, no era tan caro, ahora olvídate, podría ir por hamburguesas, papas fritas y bebidas y eran 7 dólares, y ahora son 13 dólares, ya no es barato, se acabó. Las rentas en Pilsen… donde yo tenía mi apartamento por 390 al mes ahora está a tres mil dólares.

Si lo escucho, me gusta, trato de sacarlo
Yo edito algo cuando realmente me gusta y me dejan sacarlo, pero no estoy como otros sellos hambrientos buscando la próxima banda para editar, no tengo intereses en eso. Yo trabajo para financiar el sello, y después recupero.
Empecé el sello con Los Crudos, pero antes también saqué discos. A fines de los ochenta saqué un 7” de bandas de Chicago como Screaching Weasel, bandas punks de acá, con los antiguos Pegboy, Bloodsport, y otras bandas que eran de Chicago, porque en esa época, yo y mis amigos hacíamos un fanzine que se llamaba What the fuck y ese fue el primer disco en el que participé en editar. Después hice un elepé a beneficio de los derechos de los indígenas… estaba Misery y otras bandas que no recuerdo.
En ese entonces era caro editar, pero ese lo hice con un amigo, y los dos estábamos muy metidos en el movimiento de apoyar a los indígenas en esa época.
Y en los noventa parte Lengua Armada. Sacamos los discos de Los Crudos y Mk Ultra, Charles Bronson, las cosas locales, y saqué compilaciones y otras bandas que conocía y que me gustaban dentro de los Estados Unidos.
Para mí fue un honor tremendo reeditar el disco de Leuzemia, ese disco es uno de los mejores de Latinoamérica del punk, en mi opinión, claro, esos temas. Junto al primero de Los Violadores son el top one del punk latinoamericano. También edité por primera vez el 7” de Los Invasores de Uruguay, me encantan. Me gustó mucho lo que hemos hecho con Limp Wrist, el primero de Sin Orden me encanta. La banda Ilegal de Canadá también. Reedité el disco de G3, hice el 7” de Anti-dogmatikss de España que me encanta, E-150, que son muy buenos, pero esa fue reedición.
Me gustaron las bandas de Los Ángeles que saqué: Tuberculisis, Rayos X, Criaturas, en realidad saco lo que escucho y me gusta.

¿Escuchaste de intercambios en el extranjero?
Hoy cuesta todo más caro, yo he escuchado a gente que me dice “Quiero los precios de los noventa”, qué pasó? Esto sorprendió a mucha gente, yo estaba vendiendo a tres dólares los discos en persona y llegaron unas bandas más jóvenes y los vendían a 5, 6 ó 7 dólares y yo me preguntaba, ¿qué caro es eso?
Una vez una persona me respondió de una forma rara cuando le pregunté en una tocada en California y él me respondió: “Bueno, ¿vos has escuchado de los cambios e intercambios internacionales? Y mi amigo que estaba conmigo se puso rojo, la cara furiosa y le dijo “Vos no sabes con quién estás hablando, este es el hijo de puta que hizo intercambios con todo el mundo!” Era como quién sos vos, oh my god.
En el principio no lo entendían, pero había gente que decía: “Quiero precios de los noventa”… pero lo que cambió también en los noventa podías conseguir mil a dos mil personas que te compraban los discos. Si hoy sacas mil o dos mil te los vas a tener que comer porque nadie los va a comprar.

Chile, 2013, What the fuck! ¿Qué está pasando?
No sé qué pasó en Chile. Habían varias cosas que pasaron, primero llegamos ese día o en la noche, pero estuvimos ahí menos de 24 horas antes del show. La última vez que estuve allá fue en los noventa, y la escena explotó: había mucha más gente ahora que en esa época, pero todo bien… Empieza el concierto pero me di cuenta que primero había un límite de cuánta gente podía entrar, pero de repente cambió eso y entraron de portazo muchas personas más, muchas, fue algo loco.
Había un grupo de jóvenes que estaban muy molestos de algo, lo que pasa y que no entendí y que no sabíamos de qué nos estaban hablando. Gritaban unas cosas y yo como, ok, algo de prisioneros y yo estaba bien, ok, cool, me imagino, yo podía adivinar de lo que hablaban pero detalles no sabíamos ni fu ni fa. Y ellos estaban molestos como porque sí, porque nosotros no sabíamos. A mí nadie me vino con información, yo era como ¿Qué está pasando acá?, no entiendo, pero como estaban enojados con nosotros. era muy confuso para nosotros.
Había un chico y una chica, aunque ella no tanto porque ella estaba como parte de esa bola de gente, y el chico me habló y me estaba explicando algunas cosas y yo “ok… entiendo un poco mas ahora”. Había como una esperanza o esperaban que nosotros íbamos a no sé... no entiendo, porque ustedes no saben lo que esta pasando me decían, y bueno ¡porque tenemos vidas en otro lugar, en un país distinto y no sabemos todo lo que pasa en otros países!, cada uno tiene sus problemas, pero podemos juntarnos y unirnos y ustedes pueden hablar de lo que quieran y lo que esta pasando en su lugar, en su país y su ciudad. Entonces, había una tensión y era como What the fuck! ¿Qué esta pasando?
Incluso había un chico que nos insulta, nosotros estábamos visitando y esto nos tomó de sorpresa, fue raro, incómodo, después no nos dejan seguir tocando.
Terminamos de tocar, creo que Asesinos y la gente pedía más… fui, me senté un minuto y hasta unos chicos se me vinieron encima y el escenario se llenó y dije: “Ah, estos locos” y a uno le dije: “No me toques” y no sé qué. Yo estaba con un calor brutal, lo empujé: “Me estás ahogando, me estas viniendo encima”, y yo estaba what the fuck… Salimos para hacer más canciones, pero cortaron la electricidad y no prendieron el micrófono porque dijeron que la policía estaba afuera; y la gente salió y era un lio, entonces el día siguiente estaba en el mercado con Carlitos, y dice: “Mirá, loco”, y vemos a Los Crudos en televisión. Dicen: la banda punk chilena, Los Crudos.
Esa noche fue muy estresante; tuvimos que suspender la segunda tocada. El chico que organizó le estaban investigando, lo estaban demandando, tuvo que conseguir un abogado para que lo ayudaran porque la ciudad quería echarle la culpa a él. También nos estaban buscando a nosotros, Los Crudos. Tras el show, cuando vino a buscarnos el taxista, él dijo: “Ustedes son la banda que buscan” y ahí es cuando casi me cago.
Ahí me di vuelta, y le dije a los muchachos: “Nosotros no somos una banda, por favor”. Yo estaba nerviosísimo, estábamos preocupados cuando hicimos los trámites en el aeropuerto para salir de Chile.
Nos fuimos dos días después, porque ya teníamos el vuelo comprado. En ese tiempo caminamos por los alrededores del lugar donde nos hospedamos, que era algo parecido a un hotel.
Fue una lástima cómo se pudrió todo. No pudimos hacer las dos tocadas.
Nosotros no vamos más como banda a Santiago, a Chile, es que yo tengo el miedo, yo no tengo ganas de volver con Los Crudos, yo puedo ir pero estar con la banda y que digan que la última vez que vinieron hubo destrozos y tienen que pagar una multa… yo no puedo.
En el sur de España nos pasó algo parecido y ahí no vamos más.

Contrólate loco, es sólo un concierto de mierda
Yo pensé: “Este es un asunto chileno”, y la escena la tiene que arreglar, nosotros no estamos para arreglar los problemas de una escena, cada uno hace lo que puede. A veces la gente no quiere tomar responsabilidades de sus acciones, de las cosas que hacen.
Todo el asunto de Doom, las muertes, fue horrible.
Y hubo gente echándole la culpa a Doom y la gente que hicieron el portazo no toma responsabilidad por sus acciones. Es fácil echar la culpa a otra gente.
Todo el mundo supo lo que pasó en Chile. Nosotros compartimos temas para un beneficio para pasarle dinero a los familiares. Me sentí tan mal cuando supe eso, porque el hermano de uno de los punks que falleció me escribió. Este es un problema grave con el punk, porque si no hubiera muerto nadie esa noche por entrar gratis, los que hicieron el portazo estarían felices “¡Victoria, somos punks, no pagamos un puto peso!” y es así el punk, a veces, pero cuando falla y hay muertos y daños y nadie quiere tomar la responsabilidad: eso me molesto, y en vez de responsabilizarse le echaron la culpa a Doom, y eso fue una cagada y esa es mi opinión.
Yo no entiendo: “Contrólate, loco, es sólo un concierto de mierda”, ¿a quién le importan en el gran esquema del mundo? ¿A quién le importa? Fuck, fuck, fuck. Con Los Crudos, lo que nunca quería en mi concierto era que la gente se lastime que termine muerto, la violencia está en todas partes. Creamos esta escena porque no queríamos eso, entonces, a la mierda con la violencia.
Lo que pasa es que creo cada escena tiene que arreglar sus problemas, ninguna escena puede entrar a un lugar para resolver nada si hay un grupo de gente que se porta de un estilo estamos hablando de un tipo de violencia que termina con vidas.

Si no son buenos, jodete
Cuando la gente empieza a criticar, yo siempre les digo ¿Por qué no haces tu propia banda? y haces lo que quieres, ¿por qué vienes a joder? Yo entiendo que podés criticar lo que hacemos, ¡Critícame! Yo sé porque hago las cosas, yo estoy en esto toda mi vida, hasta la tumba me lo llevo. Y si no te gusta cómo lo hago, las cosas con mis bandas, hacé tu propia banda, pero hay gente que es muy crítica pero no crean nada, no hacen nada y hablan mierdas. Qué digo yo: hacé tu banda, y si no son buenos, jodete, escribí un buen tema, enfócate, hacé algo. Andá, levanta la batería, la guitarra, escribí temas, andá a ser la mejor banda del mundo…

Con las/os nuevos/as chicos/as del barrio
Con las nuevas generaciones para mí es un tema que tengo claro y que es difícil. Me encantan los chicos, en el sentido que yo los saludo, converso, si tienen una banda tomo fotos e sus bandas, pero es difícil tener una conversación con ellos: soy un hombre de 50 años, tenemos algunas cosas en común, te gusta la música, a mí también, ¿te gusta el punk? a mí también, pero cuando sale de ahí, afuera de esos temas, cambia mucho: estamos hablando de experiencias distintas… es así la vida. Nos saludamos, como va la banda, que estás haciendo, cómo va tu gente, esas son las cosas.
Hoy yo no salgo mucho, vos me vez en conciertos, en este último año bajó mucho mi participación, es que estoy trabajando y no quiero subirme al ombibus y llegar a la una a mi casa y levantarme a la 5. Antes era distinto, mucho más puntual. Hoy dicen, parte a las 7 y a las 11 recién está tocando la primera banda. Así no puedo, jajajá. 

Luego de cinco horas de conversación volví a casa.
Martín quedó planchando su camisa y sus pantalones.
Al día siguiente él debía trabajar.

(Entrevista realizada el 25 de septiembre de 2018 y publicada en el fanzine Latin Bliss, de Talcahuano).

7 comentarios:

  1. Impresionante todo. Abrazo desde Montevideo!

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  2. Creo que esta crónica está excelente y me parece que la sinceridad y honestidad es trasmitida de manera única. Martín es y será un punk que lleva el DIY en su caminar y de mi parte es un gran ejemplo de resistencia y lucha. Espero conocerlo en persona pues le guardo muchísimo cariño y admiración. Larga vida y la mejor de las suertes.

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  3. Que buena la entrevista !! Me entretuve mucho !!

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Buena entrevista, buen tipo Martín.
    Hay algo que me quedó dando vueltas, la visión desde afuera sobre lo sucedido en Doom.
    A pesar de que la avalancha fue, el gran implicado es Fernando "Marihuana" Sánchez (vendehumo, estafador y narco ""punk"") junto a sus guardias que aplicaron electroshocks con agua, abusaron de su poder y ASESINARON a cinco jóvenes.
    Jamás podremos dimensionar la pena que sienten diariamente sus familias...
    Saludos.
    https://m.elmostrador.cl/cultura/2018/12/02/doom-la-tragedia-que-genero-un-antes-y-un-despues-en-los-eventos-masivos-en-chile/amp/

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