miércoles, 7 de noviembre de 2018

DISTURBIO MENOR: EL QUIEBRE, LOS ABRAZOS… Y LA CONTINUIDAD DE SUS VIDAS


Cristian Olea y Julio Cortés son parte de una de las bandas más importantes de la escena hardcore punk diy de Chile. En dos años ampliaron la mirada y salieron, junto a otros pocos grupos contemporáneas, de los lugares comunes, y relataron en su lenguaje la realidad general de las pequeñas historias de una época que la llamaron transición. 

I
VAMOS BIEN, MAÑANA MEJOR
-Sudamérica, nos sigue quedando chica?

- Cristian: ¡Sin duda! Nos sigue quedando chica porque el mito, el relato de los gobiernos democráticos han continuado con el tópico que funda esta República: "El futuro esplendor", "Vamos bien mañana mejor", "Crecer con igualdad", "Los nuevos tiempos", "Tiempos mejores". Y desde ahí, con mayor dramatismo que en los ‘90, está instalado en el sentido común de que somos la excepción "en el barrio"; cada vez más cercano al imaginario que Hollywood y los medios de Comunicación han ayudado a fortalecer: el país a las puertas del desarrollo, ya más cercanos al estereotipo yanqui que inglés; o sea, una sociedad mediatizada, poca reflexión y debate político, presidentes empresarios, dos grandes bloques en el poder, una economía galopante, movimientos sociales más menos controlados, individualismo...Y agregando ahora la migración, que para muchos confirma "lo bien que estamos", todos quieren venirse.
Tal vez era el elemento que faltaba para "parecer del primer mundo".
-Julio: Sudamérica es mucho más grande de lo que uno cree. Chile también. Pero a mí me siguen quedando chicos todos los Estados-nación. Odio el “18”, los partidos de la selección, la tricolor y el chovinismo en todas sus formas. Amo a la sufrida pero alegre humanidad en todas sus diversas formas, culturas y colores. Chile sigue siendo el laboratorio psico-social del capitalismo salvaje, de eso no cabe duda.

Canutos Presos+Julio Cortés=Disturbio Menor.

II
HERIDAS ABIERTAS
Partamos por el final de la primera etapa. ¿Qué paso? Un día escucho un casete grabado con una presentación donde ejecutan una versión de Descendents; luego, a los meses, me prestan un VHS con Disturbio Menor, pero sin Cristian. Yo, a la distancia, no entiendo.

-Cristian: Claro, debió ser más raro en una época en que los registros no fluían con tanta velocidad como ahora. Bueno, la historia más allá de los matices, está marcada porque había una relación de amistad desgastada. Yo en lo personal no me sentía muy cómodo. Con Julio éramos muy inseparables y en un proceso de crecimiento, sumado a personalidades fuertes, hay cosas que pueden suceder que detonan cuestiones que tal vez cada uno no tenía resueltas y explotan.
Cuando tomé la decisión de irme me dolió mucho porque era un proyecto que tenía una prehistoria, estaba encarnado en la existencia de cada uno de nosotros y que claramente estaba dando resultado.
Yo, después, meses después, pude ver la banda con “Chico Leo”; y era raro. La sentía como otra banda, es lógico, creo. Pero sí, era escuchar un vocalista que gritaba y no se entendía nada. Me pareció un poco triste, sé que es otro estilo, pero creo que uno de los aportes que entregó Disturbio Menor era que las letras se entendieran y no reprodujeran una fonética que sentía más anglo.
La parte instrumental, era más fiel a muchas búsquedas que siempre fueron parte de la banda y donde Lautaro (guitarrista) y “Mogles” (baterista) ya tenían más experiencia por lo que significaba Don Fango en sus vidas musicales.
Después de eso, durante el 98 y el 99 me fui reencontrando con viejos amigos con los que hicimos muchas canciones, en formato acústico. Me dediqué más a la militancia política también. Ya a principios del 2000 armamos Mentalpol y después Pornostalgia que significó la superación existencial del capítulo Disturbio
-Julio: Tras casi 2 años de funcionamiento muy intenso, a fines del ‘97 Olea y yo ya no nos soportábamos muy bien, lo cual es comprensible porque creo que nos veíamos más que a cualquier otra persona en esos tiempos. Sumado a eso, la otra mitad de la banda estaba claramente más concentrada en Don Fango, así que al dejar de funcionar nuestra mitad, tras un histórico y psicogeográfico desencuentro en las calles de Buenos Aires, nos fuimos rápidamente a la mierda, siendo Olea el que optó por retirarse primero.
Los otros tres no sabíamos muy bien qué hacer, y se daba la curiosa contradicción de que en esos momentos parecía haber más interés que nunca por la banda, gracias al disco, y a haber tocado sin para por mucho tiempo.
Reemplazar a Olea era poco probable, o más bien imposible, pero yo recordaba haber leído en el folleto del “Todo se volvió negro” de Black Flag que en su era pre-Rollins (para muchos la mejor y verdadera) cuando se quedaban sin vocalista no se hacían mucho drama porque la gente ya se sabía las canciones y en las tocatas agarraba el micro una masa humana que hacía que ni se notara la ausencia de vocalista.
Entonces, hicimos dos tocatas con esa idea, pero invitando previamente a dos amigos, Joao da Silva y “Chico Leo”, para repartirse los temas. Además, como en Disturbio Menor desde el inicio se produjo una espontánea división del trabajo en que Olea hacía las letras y los otros tres trabajábamos toda la música, y teníamos dos o tres temas instrumentales, para la última tocata en la Laberinto (todos sabían que iba a ser la última, menos yo), hicimos un set de cuatro temas instrumentales que nunca grabamos, que ya olvidamos, y que eran bastante buenos en realidad.
Además, hacer un set instrumental era algo que también estaba validado por mi fanatismo extremo por Black Flag (ver “The process of weeding out” y el lado instrumental de “Family man” como ejemplos).
Luego, los otros dos Disturbio que quedaban me comunicaron que no daba para seguir haciendo el set instrumental y/o con vocalistas invitados, y hasta ahí nomás llegamos, más o menos a inicios del 98. Me dejé crecer el pelo. Me cambié de casa. Me puse a trabajar. Ah: y me invitaron a probar el bajo en un proyecto con dos ex Supersordos que se llamó Niño Símbolo.

-Cristian, qué significo para ti que Disturbio continuara presentándose, pensando por un lado desde la amistad y por el otro, desde lo creativo: parte de tus letras estaban ahí. Más aún, después de leer el fanzine que editaron tras el regreso, había más: mucho de lo que aprendiste y conociste tras ver a Los Prisioneros en 1987 estaba volcado en la banda.
-Cristian: Si me remonto a lo que sentí en ese momento, fue decepción. De alguna manera sentía que había tocado durante muchos años con Lautaro y Mauricio. Nos conocíamos desde el colegio, entonces mi primer impulso fue sentir que no seguirían sin mí. Cuando me di cuenta que la banda era demasiado grande para ser desechada de una, entendí que quisieran seguir tocando; había muchas tocatas y posibilidades por delante. Respecto al conflicto con Julio, fue la guerra y después olvidarme. Como que el rencor fue intenso y de duración limitada, lo que creo que fue bueno. Pensar en armar otra banda también ayudó, cuando resultó lo de Pornostalgia me sentí más libre. Todo lo que no podía hacer en Disturbio Menor, sí lo podía lograr con ese nuevo proyecto...me refiero a reivindicar abiertamente influencias como la de Los Prisioneros u otras bandas que nuestra "anteojera" hardcore punk.
Ahora que miro hacia atrás, es mucho menos doloroso y todo parece menos grave. De hecho, creo que se produjera todo eso le da sabor a este momento. Nosotros mismos nos sentimos más libres de reírnos de lo que nos unió y nos separó; la vida nos ha ido regalando la sabiduría para poner las cosas en su lugar y darle su justa medida; ahora que todo resultó tan inesperadamente, podemos hacer lo que queramos.

-Por otra parte, Julio, después tú no apareciste en otra improvisada formación; me refiero a aquella que está en Youtube y que, desconozco el propósito final, sirvió para aparecer en un documental sobre una etapa acotada y tardía de una escena particular que es la del hardcore en Chile... primero, por qué no estuviste ahí? Y segundo: ¿qué te pareció esa reunión para las cámaras?

-Julio: En rigor Disturbio Menor sin mí hizo otra reunión un poco antes. No me hizo ninguna gracia, en ninguna de las dos ocasiones, y de hecho levanté la tesis de que en realidad era una reunión de Canutos Presos… Jajajá, no es sólo una ironía, pues en verdad creo que Disturbio se formó a partir de Canutos Presos, pero precisamente debido a un cambio en la función e integración de ese noble instrumento de cuatro cuerdas que es el bajo eléctrico. Así que si ya era dudoso ver a D.M. sin Olea, o en formato de power trío instrumental, esas otras expresiones me parecían aún más dudosas….
En todo caso, entendía el por qué Olea tenía una especie de derecho a hacer esas reuniones, y en verdad lo que más me llamaba la atención y me molestaba era el repentino interés por tocar este material que veía surgir sorpresivamente en la otra mitad de la banda. Pero una vez me topé con Mauricio, y me dijo que sólo unos años después llegó e entender la relevancia del aporte de Disturbio Menor… A la larga lo entendí. Puede pasar.

-¿Cómo se gestó la reunión?
-Cristian: Esto sí que tiene tintes literarios o cinematográficos si quieres. Incluso pensaba antes de esto que era más posible la caída del Capitalismo que la reunión de Disturbio Menor.
Me llamó “Patán” de los Enfermos Terminales. Primero me pidió el teléfono por Facebook, cuestión que me pareció rara, dije: “Este me quiere hablar de algo importante”. Después al habla, me dice que tiene una productora y que traerá a Loquero a la Blondie. Y ahí caché pa’ donde iba la cosa. Acto seguido la invitación a tocar.
Yo al principio le dije que lo veía bien poco probable porque Lautaro estaba muy ocupado, que no lo veía hace un tiempo y que Mauricio sabía que no estaba tocando. Pero me respondió que Lautaro ya estaba conversado. Entonces, mi pregunta obvia fue si quería que tocara la formación original. Me devolvió la pregunta: ¿Te complica?
Y en este punto, debo confesar que lejos de complicarme, me puse nervioso, pero eran nervios de emoción. Me imaginé lo extraño que podía ser hablar con alguien después de 21 años y juntarse a tocar.
Con Mauricio sabía que se motivaría y así fue, de una dijo que sí.
“Patán” no tenía el fono de Julio, y pa’ que fuera más cuático, yo le conseguí el número a través de una amiga que tenemos en común.
Espera tensa… “Patán” al otro lado del fono me responde: "Te aviso cuando sepa algo".
Pasaron unos minutos, “Patán”, de vuelta: "Dijo que sí"... Yo no lo creía, dijo: "¿Por qué no?".
El resto fue juntarse, compartir unas cervezas y después de unas horas comenzar a recuperar una dinámica que felizmente no estaba muerta, sino que suspendida. Podíamos tocar juntos y disfrutarlo, no sería la reunión interesada y fría de una banda cualquiera.
-Julio: Un día domingo estaba preparando un pisco sour donde mis padres y recibí un inesperado llamado telefónico de “Patán”. Me dijo que quería reunir a la banda para tocar con Loquero, y que los otros tres ya habían dicho que sí, y estaban esperando mi respuesta. No sé si hizo el mismo truco con los otros tres, pero al menos en mi caso, pensé unos minutos la idea, y a pesar de mi aversión general a las reuniones de bandas punk, sentí que no tenía derecho a ser al aguafiestas, y además, sentí en los dedos de la mano derecha que me podía hacer bien para mi cuerpo/mente re-aprenderme esas canciones de tan alta velocidad y múltiples cortes y cambios de intensidad, a mis casi 50 años, y luego de tantos años alejado del formato hardcore punk. Nos juntamos todos más “Patán” a ver si nos tolerábamos bien, y de ahí en  adelante todo salió sobre ruedas, o como dice un amigo: “A pedir de boca”.

Lista de canciones de su segundo show post reunión.
III
ENTRE EL AMOR Y EL FRÍO
-Cuando comenzaron a tocar en los noventa se reunieron porque querían decir lo que ustedes pensaban en la clave musical que les gustaba; eran jóvenes, quizás con más tiempo, energía… Hoy día, ¿qué los instó a reunirse? Para tocar y decir lo mismo de hace 20 años?
-Cristian: Lo primero, honestamente fue disfrutar tocando juntos para gente que sabíamos lo pasaría tan bien como nosotros, cantando estas canciones en un concierto.
Luego, sentir que la banda nunca nos había abandonado. Muchas de las cosas que dijimos en ese momento y cómo las dijimos, estaban marcando una quiebre con cierta tradición punk como también tributando esa herencia; por lo que actualmente, me sigue pareciendo intenso y necesario, porque lo que intentamos denunciar de ese momento histórico, se repite como loop discursivo. Y la forma de componer y sentir nuestra música fue una búsqueda constante.
El punk está constantemente en la encrucijada entre la repetición de una fórmula y la experimentación rupturista. Para mí lo segundo marcó nuestro proceso e incluso ahora sentimos que es necesario tocar esas antiguas canciones como las vivimos ahora y como nos gustaría que sonaran desde lo que somos hoy. Las canciones tienen vida, cada uno escucha una distinta y a través del tiempo se resignifican. Creo que hoy estamos dándole otra vida; y junto con eso, han venido nuevas ideas, saldrán nuevas canciones. Eso será la prueba de fuego, pero a nosotros siempre nos ha gustado el riesgo.
-Julio: Es una muy buena pregunta que no creo que se responda de una sola vez, sino que en la totalidad del proceso mismo que se está dando ahora. Mi primera aprehensión, basada en la práctica generalizada de las “reuniones” varios años o incluso décadas después, era la posible objeción de “extemporaneidad”. Frente a eso, hablamos casi al tiro de la necesidad de reaparecer en el escenario pero no sólo con musiquita, pues como dijo John Cage: “La música (separación imaginaria entre el oído y los demás sentidos) no existe”. Para eso hicimos el librito, ayudados por mi camarada Jaque, que estuvo feliz de poder colaborar con nosotros.
Pero más allá de la cuestión del vínculo entre formas/contenidos, el proceso mismo de volver a ensayar y presentarse en vivo nos ha hecho ver que no tocamos exactamente como hace 21 años. Ha pasado harta agua bajo el puente, océanos enteros de experiencia, y eso es algo que asumimos con todas sus letras, puesto que en verdad sería indigno de nuestro propio pasado el que ahora pretendiéramos sencillamente tributarnos a nosotros mismos como si estuviéramos en 1996/7.
Pero como decía Niño Símbolo, “la nostalgia ya no es lo que era antes”.
Es imposible, y para nada deseable, que en el proceso de tocar como D.M. en el 2018 no estén presentes en el sonido todas las cosas que ocurrieron entre medio, y de las cuales puedo mencionar unas cuantas: Pornostalgia, Niño Símbolo, Enamorados de Varsovia, Intimate Stranger, La última Pelea de la Noche, Fracaso, Colectivo No, etc. 
Aunque a la gente no le guste que Lautaro haga sonar su guitarra de una manera más limpia y con toques de eso que ahora llaman “post-punk”, yo estoy más que contento con el hecho de que no sonemos exactamente igual, sino que como podemos dar vida a nuestros instrumentos aquí/ahora.
Además, toneladas de escucha de libre improvisación y free jazz entre 1998 y ahora me hacen sostener que una canción es sólo una guía, un esquema, un par de referencias, pero las canciones tienen vida propia y nunca están terminada del todo. Como anuncia Leonard Cohen en una de sus canciones de amor y de odio: “Esta canción se ha vuelto vieja y amarga”.
-He conversado con integrantes de bandas que escribieron canciones en los noventa, y con varios hemos coincidido que en estos últimos 30 años continúan los mismos micro y macro problemas sociales con otros protagonistas pero los escenarios siguen siendo los mismos. ¿Qué piensan ustedes? Pues otro puñado dice que el resultado de las redes sociales ha generado ciertos cambios a la hora de enfrentar abusos e injusticias y el campo de batalla es distinto.
-Julio: Rompí con la visión evolucionista-lineal de la historia que es común a la historiografía burguesa, socialista y hasta libertaria, y de la cual bebí plenamente durante mi infancia y adolescencia. Pude hacerlo recién a inicios del siglo XXI; y gracias a la lectura de las “Tesis de filosofía de la Historia” de Walter Benjamin. A partir de ahí, más que estar pendiente de las supuestas novedades de cada época, pongo atención al continuum de dominación/violencia originaria que siempre subsiste lejos de las luces del escenario de la historia oficial, y por eso los cambios de época no me impresionan mucho.
Más bien al contrario: cuando camino por  Alameda con Cumming y recuerdo esa tarde de abril de 1986 en que, recién llegado a Santiago, junto a decenas de compañeros y compañeras de Liceo nos unimos a una enorme y repentina marcha de pingüinos, y ver que cuando aparecieron los pacos fueron repelidos por a lo menos una docena de cocteles molotov… Si hago ese ejercicio de suspender el sentido del tiempo normalizado por el Capital e inscrito en nuestros cuerpos/mentes desde niños, veo que esa revuelta sigue ahí, que nunca ha dejado de librarse esa batalla, y que bajo el asfalto y el cemento hay otra cosa, “otra ciudad, para otra vida”.
Nosotros cantamos desde esa posición en el tiempo histórico, no desde otra, así que no tenemos miedo de dar “saltos de tigre hacia el pasado”. Queremos detectar cicatrices y romper las costras.
Hay todo un mapa ahí, escondido en varios puntos de estas ciudades y nuestras memorias. Por eso y tal como lo aprendí de Greil Marcus en los ‘90, una vieja consigna dadá o de los hermanos del Libre Espíritu puede ser mucho más actual que 20 canciones de trova o pop rock.
-Cristian: Creo que hay problemas que no están resueltos, porque es parte del funcionamiento del Capitalismo. Hacernos sentir la crisis y aprovechar sus propias crisis, es parte de la dinámica. En Chile, particularmente, hay una revolución capitalista despiadada y de lo que se fundó a partir de ahí muy pocas cosas han cambiado, estructuralmente hablando. Junto con eso, la raíz originaria, la genealogía de esta República está marcada por la segregación, el autoritarismo, el patriarcado, el racismo y la explotación. Y los principales soportes del eje Estado-Capital siguen perpetuando bajos nuevas formas aquellas bases sobre las que se levanta toda esta mentira.
Lo que sucedió en un momento es que vivimos el repliegue. Vivimos la atomización y el discurso posmoderno que pudo parecer tan novedoso y literariamente seductor, terminó convenciendo a muchas y muchos de que había que resistir desde esa particularidad. A la vez, buena parte de la izquierda tradicional seguía anclada a la nostalgia setentera o en el pragmatismo acomodaticio de sobrevivir electoralmente y pelear un lugar en la política de Estado.
Seguimos con un gran bloque en el poder. Un monstruo de dos cabezas que habla sólo consigo mismo y se refiere al país, la patria y/o la nación cuando realmente están hablando de su propia clase y los que le obedecen.
Los campos de batalla siempre van mutando. El problema que veo ahora es que muchas veces no nos damos cuenta de que las batallas tienen múltiples frentes y hay que estar atento no sólo a la táctica y estrategia de nuestra Clase sino también la de nuestros enemigos y sus aliados.
La diferencia que yo establecería es que hoy el simulacro de la colectividad, reforzada por "redes sociales" (en la que muchas veces se cae más que se utiliza) nos impide percibir el profundo individualismo en el que vivimos; el cual termina siendo transversal, está en el lado del frente y en nuestra misma vereda.

-¿Tienen planes de crear más canciones? ¿Hoy, ustedes de qué hablarían? A mí me pasa lo siguiente, sobretodo con algunas bandas y personas, ligadas al punk y hardcore (y todos sus derivados), que parecieran estar detenidas en el tiempo, porque tratan temas con un espíritu adolescente-veinteañero y, obviamente, la mirada de una persona de 40, 50 años o más, independiente de cómo te vistas y suenes, es distinta… pero claro, por otro lado hay gente que su vida (y trabajo) está ligado al hardcore punk y tienen una experiencia de vida limitada, eso también es entendible… la famosa burbuja.
-Cristian: “Uf!” ese sí que es desafío. Yo parto de una desconfianza y crítica al discurso generacional. Si bien ha generado históricamente mucha fuerza, cohesión y energía, creo que debe ser superado. Desde ahí me parece que bandas que mantienen ese espíritu en las letras y en la música que hacen, no sé, creo que reflejan una parte del mundo hardcore punk que no comparto, pero con el que me interesa dialogar críticamente. El punk envejece, porque nosotros envejecemos, el punk son las personas que lo construimos, las que pasamos por él. Hay un despertar adolescente y una energía juvenil, pero la rebelión no tiene fecha de vencimiento. La juventud es una energía que va más allá de nuestra edad cronológica; hay tanto joven conservador y aturdido por este sistema, matándose por la farsa de la meritocracia. Creo que nosotros estamos muy frescos, cansados, pero frescos. No hemos dejado de buscar, de cuestionarnos y luchar; eso debe traspasarse a los procesos creativos.
Hemos pensado en canciones nuevas y lo que ha surgido en torno a esa posibilidad es bastante prometedor. Insisto en que aquella química que teníamos para pensar en canciones, se mantiene intacta...sin embargo, estamos tan metidos haciendo cosas, nunca nos detuvimos, trabajamos e hicimos nuestras familias, sin dejar de crear. Seguimos viviendo y pensando un mundo distinto desde las derrotas y pequeñas victorias, cantar desde aquí será ahora nuestra forma de aportar al proceso de lucha que seguiremos dando con todas y todos. ¡Ojalá salgan!
-Julio: Eso es parte de lo que aún no podemos responder muy bien. Hasta ahora, lo que ha surgido espontáneamente es una cierta modificación del viejo cancionero, teníamos 11 ó 12, modificando el final de “Escape” hasta hacerlo sonar como nuestra versión de “Bela Lugosi”, haciendo una especie de coda en dub a “Lúcido”, y sacando una versión en castellano-chileno de “Digital” de Joy Division.
Creo que se están asomando canciones en nuestras cabezas, pero es un poco prematuro decir que así será. Como sea, no tenemos ningún apuro, pues sólo queremos seguir tocando y viendo qué ocurre. Igual me gustaría hacer una sobre “Aula Segura”.

-De hacer nuevo material ¿Seguirían por Masapunk o darían nombre a otra etiqueta? ¿Masapunk hoy en día los representa?
-Cristian: De Masapunk hemos sabido indirectamente, tenemos muy buena onda con todo el mundo que fundó y siguió con el proyecto. Fuimos parte de él activamente.
Sin embargo, por ahora no hemos pensado en aquello. Estamos haciendo todo nosotros mismos, a un ritmo muy rico. Lo más posible es que siga siendo así. Si queremos hacer algo más grande, no sé, grabar un vinilo o algo, sería interesante hacerlo con la colaboración de más gente. Si es con Masapunk la raja, si es con ellos y más gente, mejor.
-Julio: Participé de los inicios de Masapunk, pero luego de unos años ya no seguí. Básicamente porque para ellos era central la etiqueta “anarquista” y yo junto al viejo camarada “Tufo”, que también era parte del sello,  estábamos más interesados en explorar los “marxismos” antiautoritarios (Castoriadis y Socialismo o Barbarie, Debord y los situacionistas, el comunismo de consejos…). Además, desde fines del siglo XX y hasta hace poquito estuve en lo musical más bien dedicado a conocer y homenajear las tradiciones del ruido, la improvisación, el jazz y el dub. A los Masapunk les tengo mucho cariño pero en rigor, no sé en qué están.
A mí me gustaría hacer ediciones nuevas del material antiguo, pero parece estar perdido, y además me gustaría grabar bien nuestro set de ahora. Suena un poco raro eso de regrabar las canciones antiguas pero: a) Nuestras grabaciones eran muy malas. b) Nunca tuvimos un CD de Disturbio Menor, solo casete y vinilo. c) The Mekons y Gang of Four ya lo hicieron y no suenan mal.

- ¿Cuáles son los temas de hoy más urgentes a enfrentar hoy? Como si nada tenemos ideas de extrema derecha con espacios en todos los medios de comunicación. Hubo una marcha a favor de los derechos de la mujer que termina con agresiones con arma blanca. Tarde, pero están cayendo algunos abusadores de la Iglesia. Chile está polarizado, dicen… ¿Está polarizado? ¿O nunca dejó de estarlo? Pero de que estamos enojados, lo estamos.
-Cristian: Para mí el tema que más me obsesiona es disputar el sentido común. Revertir las creencias que se instalan y se refuerzan diariamente para que sigamos repitiendo el idioma de nuestros dominadores. Lo más urgente es hablarle a mundos diversos, no a los convencidos.
La arremetida fascista es la cara despiadada de lo que ha instalado el bloque en el poder. Ahora el Neoliberalismo puede tener también una versión conservadora y autoritaria. Aquel mundo que sentían se caía a pedazos puede tener una segunda oportunidad. Lo terrible es que nuevamente la salida a aquel infierno será siempre volver sobre los ya conocidos miserables que han administrado la herencia de la Dictadura. Cambiar para no cambiar.
Por lo tanto, la polarización es un discurso que se levanta como cazabobos y ahí pueden caer todos. Así que creo que hay que seguir atentos y atentas, ya que las supuestas posiciones "moderadas" son las que terminan aprovechando el escenario. Hacen el negocio y se llenan la boca con el populismo de derecha y de izquierda, para eternizarse y mantener sin alteraciones el modelo.
-Julio: Yo me opongo a la dominación capitalista en bloque: de izquierda o derecha, estatal o privada, con o sin “lenguaje de derechos”.
En este tiempo hemos podido ver cómo las verdaderas asociaciones ilícitas terroristas, porque dominan por el terror, eran la Iglesia y Carabineros de Chile. Eso es positivo para la causa, pero lo que es ambiguo y/o negativo es que como el poder es dinámico, y no tiene problemas en adaptarse, chupar la sangre de varias críticas parciales (anti-neoliberalismo, anti-imperialismo, anti-fascismo) y volverlas parte de su sistema de dominación.
¿Me explico? Atacando sólo al fascismo, se legitima el capitalismo democrático. Atacando sólo a los países imperialistas, no atacamos el fondo del capitalismo: la imposición de la ley del valor, la transformación violenta de todo en mercancía. Apuntando solo al capitalismo neoliberal, validamos al capitalismo keynesiano…Lo que se requiere es denunciar y apuntar al centro mismo del sistema: la Alienación que permite o posibilita la Explotación.
El que gran parte de las luchas anti-patriarcales esté derivando en convertir el lenguaje políticamente correcto en parte de la ideología dominante es otra prueba de esa capacidad adaptativa del capitalismo. Gracias a eso tenemos ahora varias formas adicionales de policía.

-¿Cómo se llevan con las nuevas generaciones? Millenials, Centellials, no sé qué más nombres han aparecido para etiquetar los gustos, pasiones y cultura de los jóvenes. ¿hay algún tipo de vínculo laboral, de amistad…? ¿Cómo ha sido la recepción de los más jóvenes con su música, su mensaje? ¿O derechamente su público es adulto?
-Cristian: Aún no lo sabemos. Creo que hace falta tocar más para profundizar en eso. El día de la Blondie me pareció ver a la gente que históricamente estuvo como también a muchas y muchos que nunca nos habían visto en vivo. Fue muy emocionante. Aparecieron aquellos adultos que iban a las tocatas, aquellos que tenían un vínculo desde lo ideológico con la banda y estábamos todos ahí cantando junto a las gargantas más juveniles.
Ahora que lo pienso, para mí sería lo ideal, poder ser una banda que le habla y se identifica con ese mundo que cree en el encuentro intergeneracional. Aquellas personas que piensan la continuidad de su vida, pudiendo tener todos los cambios posibles, como una lucha que se da hasta desaparecer de este planeta y más allá.
-Julio: Nunca me ha preocupado mucho la edad cronológica de la gente. Puedo ser buen amigo de guaguas, adolescentes, personas viejas, etc. Aunque puede ser que la mayoría de mi generación me vea como un bicho raro. En todo caso, tras las dos primeras tocatas de este retorno vi gente de mi edad y también gente muy joven, que nos agradecían el que hayamos vuelto. Fue lo más emocionante de la post-tocata en la Blondie.

- Cómo sortean el día a día con las redes sociales (Instagram, Facebook, Twitter, Snapchat y otras aplicaciones como Whatsapp)? Ustedes vienen de la época de las cartas, encomiendas, llamadas telefónicas, fanzines, afiches pegados en los muros reales y no virtuales. ¿Da nostalgia o les acomoda esta nueva forma de comunicación?
-Cristian: La nostalgia por aquella época termina siendo transferida a la manera en cómo enfrentamos estas redes sociales. Julio es el más distante de aquel universo. Creo que en general las utilizamos para mover nuestros proyectos musicales y para compartir información. Creo que permite desarrollar contactos interesantes, compartir opinión, organizarte para acciones concretas. Sin embargo, también puede terminar haciéndote creer que todo el mundo piensa similar a ti y que las cosas pueden ser mejores, cuando en realidad eso el efecto de una segmentación programada.
-Julio: Nunca más escribí una carta. A veces las extraño. Pero ya fue….

-Julio, entiendo que tu no usas redes sociales, pero que actualizas desde 2001 un blog, ¿Consideras que las RRSS son nocivas?
-Julio: Más bien no las uso porque no las entiendo mucho, no me parecen necesarias, y ya con el puro e-mail y el teléfono me falta tiempo para responder o enviar todo lo imprescindible en materia de comunicaciones. Pero sí, no hay nada más triste que entrar al Metro y ver a todo el mundo pegado en su propio mundo virtual. Para escuchar música, necesito ver el casete, o vinilo o CD, con su portada y su folleto…Si no, creo que la experiencia no es completa. La diferencia entre sacar un LP se su funda y ponerle la aguja encima, comparado con descargar el disco en “spotiloquesea”, es como la diferencia entre el sexo real y el virtual…supongo.
Y ese blog…no podría eliminarlo de mi vida, pero tampoco le doy mucho tiempo, y a veces hasta se me olvida que existe. Es como una bitácora online….un poco peligroso exponerse tanto, pero en fin, ya está…

IV
TIEMPO RAZONABLE
-Julio, te he visto en televisión litigando contra el Estado, apoyando causas “satanizadas” por los medios de prensa convencionales… te han amenazado alguna vez en este rol de “defensor de los antagonistas”? Cómo llegaste a esa posición?

-Julio: Lo que pasa es que hay bien pocos abogados con simpatías anárquicas. Y entonces, hubo un momento en que la ofensiva represiva contra el Bloque Negro estaba tan anunciada que traté de aportar como mejor podía, usando el terno, la corbata y los códigos para defender compas ante los tribunales. Por cierto…unos compas están reeditando un libro sobre eso: “Estruendo y otros escritos sobre terrorismo y antiterrorismo”.
Lo irónico es que por apoyar algunas actividades hacia 2009 fui señalado por la prensa y TV como una especie de “representante” de los anarquistas (más raro que el banquero anarquista de Pessoa), me detuvieron más de un par de veces, me echaron de un par de trabajos, pero en el intertanto ese mismo vacío en la continuidad de mi esclavitud laboral me permitió dedicarme de lleno a la defensa penal más o menos entre el 2009 y el 2013.
Una vez un capitán de Carabineros me dijo coloquialmente mientras yo visitaba presos en una comisaría que él mismo había estado encargado de leer todo lo que yo publicaba.
Cuando le pregunté a qué se refería con “todo”, me dijo: “a todo pues….alguien tiene que hacer esta pega”. Lo cual no me extraña para nada puesto que con 120 personas en la ANI y varias más en otras instituciones, uno no necesita ser demasiado peligroso para llamar la atención de este sector del Estado, basta con tener una cierta “simpatía por el Diablo”.
Por otra parte, también hay sectores “antagonistas” que me critican y odian por el sólo hecho de ser abogado, dado que ellos creen que la burguesía nos incluye a todos nosotros, los así llamados “profesionales asalariados”. No saben bien lo que la burguesía es en verdad (la clase propietaria de los medios de producción, que no debe incluir más que a un 2% de los humanos), puesto que muestran más interés en el Horóscopo Chino y las cartas astrales que en la Crítica de la Economía Política. ¡Ese sí que es un problema de la joven generación!

-Cristian, en tu rol de profesor, ¿qué opinas de Aula Segura? Están divididas las opiniones pese a la ofensiva comunicacional de Gobierno que, mediante imágenes de violencia unilateral, han tratado de levantar el tema ¿La sala de clases es un lugar peligroso para trabajar?
-Cristian: Aula Segura es otra manifestación más de cómo entiende el Neoconservadurismo la Educación y la escuela. Desde las aulas de la educación pública ha nacido buena parte de las experiencias de lucha colectiva e individualidades que han enfrentado las políticas neoliberales. La educación pública a su vez es una de las áreas más afectadas de los derechos sociales. El Estado ha ido deshaciéndose de lo que siente un lastre, en su política de licitar, concesionar todo rincón de la vida a la iniciativa privada.
Entonces no es novedad que aquellos jóvenes que viven uno de los mayores embates del capitalismo, reaccionen y se movilicen. Ahora, yo tengo una visión crítica del estado actual en que se encuentra el movimiento estudiantil en general. Espero que exista un proceso de reflexión y autocrítica, junto con una mayor profundización de la acción política anticapitalista desde los estudiantes.
Sin embargo, para que eso ocurra, creo que debe existir organización y ausencia de sectarismo; cosas que hoy están instaladas en la cotidianidad escolar y universitaria.
Aula Segura es la salida represiva y un esfuerzo regresivo ante una cultura democrática que los estudiantes fueron intentando instalar en los liceos. Los y las docentes también hicieron un esfuerzo en ese sentido. Una buena parte de los y las que estudiamos pedagogía en los 90, fuimos compartiendo los espacios escolares y aportando en ese sentido.
Hoy el Colegio de Profesores puede sufrir cambios, porque existe también un cambio generacional junto con un cambio de paradigma de cómo entendemos la organización de los trabajadores de la Educación.
Hoy, el gobierno de Piñera pone esta solución, luego de como siempre dejar que la crisis escale. Lo que ha pasado con la violencia es lo que ha pasado también con el financiamiento. Dejan el barco a la deriva, dejan que todo fracase para luego aparecer con la medida extrema rectificadora.
En este caso, no pueden pensar que la comunidad en su conjunta pueda enfrentar de otra manera la cultura escolar, desde el diálogo, la convivencia democrática real y por qué no estableciendo normas entre todos los estamentos. Puede que alguna situación de violencia, ya sea un profesor a un estudiante o al revés, termine con sanciones, pero esto no puede nacer desde una figura unipersonal ni saltándose los mínimos derechos que cualquier sujeto debiera tener.
Hoy hay profesores de Santiago que viven en la tensión permanente y esa situación han permitido que crezca y que las comunidades escolares se fracturen aún más. Entonces, cuando todos desconfían de todos y se ve al estudiante como un enemigo, o “un delincuente”, dijo el más probo, la medida ejemplificadora, la medida urgente, termina viéndose como la única salida.
La misma lógica del Golpe Militar pero en la micropolítica de la Escuela. ¡Necesitamos que alguien nos salve!

-Para mí el hardcore punk que me tocó conocer en la mitad de los noventa fue muy importante porque había un mensaje de tolerancia, de respeto, de apoyo y de aprendizaje que en otras áreas de la vida social no veía, algo en lo que ustedes tuvieron mucho que ver. Tanto así que causas tan masivas hoy en día no me parecen novedosas, están en mi ADN, porque las hice mía hace tiempo… para ustedes, qué les deja Disturbio Menor y lo que hicieron en esos años?, pensando que ustedes eran generadores de contenidos, ya sea musical, a través de fanzines, entre otras cosas.
-Cristian: Toda esa experiencia fue para mí una gran escuela de la política de lo cotidiano. Fue un salto importante, conocer mucha gente, reflexionar y crear desde una subjetividad libertaria. Sobre todo, en un tiempo en que la herencia del mundo libertario no tenía mayores referentes cercanos, las experiencias históricas del Anarquismo en Chile eran un bonito pero lejano espejismo. Por lo que aquella experiencia fue muy intensa. Sentíamos que estábamos diciendo algo que era compartido y que crecía a gran velocidad. Y al mismo tiempo, en torno a la música habían más cosas, todo un mundo.
Comenzamos a ocupar todo el tiempo y la energía en esto. Aunque para mí ser anarquista era primero, ser punk lo segundo. Así me lo explicaba en ese momento. Ahora pienso que era un proceso en que la contracultura punk permitía coordinar ese disturbio menor, que en el futuro habrían nuevos desafíos.
En ese momento, creo que alcanzamos una primera maduración ética y estética. Lo que vino después, todas las vueltas que nos dimos, nos fueron arrojando a otros espacios.
En lo personal, abrirme a lo diferentes; salir al encuentro de lo intergeneracional; poder ir más allá de la burbuja contracultural, me hizo crecer, sin abandonar todo lo que traía conmigo.
Hay mucha gente con la que me encontraba años después en organizaciones políticas y/o sociales. Compartíamos esa escuela, pero que creo que es muy noventera. En la actualidad creo que la cercanía entre esos mundos debiera ser mayor, lograr permearse, pero para eso creo que falta.
-Julio: Creo que aunando en red los esfuerzos de mucha gente, entre todos logramos crear una comunidad en esos años. A mí no me gustaba la escena punk destroy previa, ni tampoco la escena machocore que surgió después. Pero al menos entre 1996-98 se logró crear algo interesante, que aún resuena en las vidas de todos quienes ahí estuvimos, haciendo excepción de ese porcentaje por suerte bajo de gente que migra de estas escenas y reniega de todo.
Hablando con Olea el otro día yo le decía que mientras Lautaro y Mauricio eran los “músicos” de la banda, él y yo éramos más bien sujetos políticos que tratábamos de usar las letras y las cuerdas como armas. A diferencia de que gente que armó bandas y luego se politizó, nosotros dos veníamos de mucho antes trabajando en diversas “experiencias organizativas”, y lo que nos faltaba y nos inventamos con Disturbio Menor fue un vehículo para poder expresar esa misma inquietud, pero en formato de banda hardcore punk.

-¿Qué se ven haciendo de aquí a 20 años más?
-Julio: Escuchando música, odiando el sistema capitalista, disfrutando de los pocos pero buenos placeres de esta vida, y creando junto a otros momentos aunque sea breves pero intensos de verdadera comunión. No podemos cambiar nuestra forma de ser a los 47 años, sino que tan sólo modificarla un poco en un sentido favorable a aquello en que creemos. Me gustaría eso sí poder dedicar más tiempo a escribir. Antes de que todo se me empiece a olvidar.
-Cristian: Primero espero vivir 20 años más en una condición digna como para que valga la pena hacerlo. Me veo disfrutando de mis hijos grandes, eso sería maravilloso. Y viendo nacer más canciones en el formato que sea, tocando en una banda o como solista. Nunca he dejado de hacerlo y si la condición física me lo permite seguiré haciéndolo.
Quiero seguir grabando en mi casa o en la de amigos, en alguna sala o en un parque. Nunca detener ese proceso de buscar música en mi cuerpo y en mi entorno.
También me veo en el frente de jubilados, dando nuevas peleas o disfrutando de las victorias del futuro. Espero también beber una cerveza y reír con mis compañeros de Disturbio Menor, escuchando la música que nos hace sentir vivos y jóvenes.

(Entrevista realizada el 21 de octubre de 2018)

BONUS TRACK:



Disturbio Menor en vivo en Espacio Riesgo, Chillán. La presentación fue en el marco de las dos tocatas que realizaron en el sur de Chile a principios de noviembre de 2018.

domingo, 4 de noviembre de 2018

DISTURBIO MENOR 2018: IT`S ALIVE!

Anoche volví a casa de mis padres. 

Antes de dormir, pasada la medianoche y motivado por la falta de sueño, comencé a escarbar en los cajones de mi antigua habitación, que “Pepa”, mi mamá, se empeña en mantener detenida en el tiempo. 

En un cajón, de esos muebles eternos pre retail, encontré numerosas cartas que recibí entre 1995 y 2002, junto a otras tantas que escribí y nunca envié...
Leo nuevamente 21 años después.

“No sé si sabes, pero D.M. se disolvió”, me contó epistolarmente Julio Cortés.
Era 1997 y él, que tocó el bajo en la banda, no ahondó en el quiebre, que sintetizó los derroteros de Disturbio Menor por Buenos Aires, Argentina. 

Un año antes conocí a Disturbio; “Hardcore para las masas”, el afamado split junto a Silencio Absoluto, era una novedad. 

Pudo ser cualquier día de la semana, lo que sí es certero es que empezaba a oscurecer en el puerto de Talcahuano y Carlos, que estaba junto a Renato, me esperaba porque el segundo, que también le dicen “Kable”, tenía novedades telefónicas y epistolares que contar.

No recuerdo de quién era el casete, pero Disturbio Menor saltó a un equipo Aiwa desde un montón de cintas que compartíamos durante las tardes de ese increíble 1996. 
Pudo ser después de la demo de Detestation; una compilación de Active Minds, Abuso Sonoro, Los Crudos, o alguna copia de un disco de Dropdead o Born Against. Imposible recordarlo. Sí tengo presente el entusiasmo que nos generaron inmediatamente sus letras, que décadas después siguen tan certeras y contingentes; y su música: rápida, también lenta, con quiebres; emotiva, rabiosa y ruidosa.

Disturbio Menor logró capturar como pocos una época que para muchos/as era una triunfal década que dejaba atrás la dictadura; pero ellos, desde sus canciones, sin nombres ni apellidos, relataban otro presente: que Pinochet seguía ahí, que a la transición le faltaba calor y color; que la incertidumbre y frustración era una realidad disfrazada y adormecida comunicacionalmente. 

“No soy cómplice”, “Tiempo razonable”, “Fuego”, “Descalificados”, “Canción nº 13”, “Entre el amor y el frío”, “Nueve Vueltas”; y “Armado y sin cerebro” son los ocho capítulos escritos de un breve manifiesto de no ficción musicalizado en clave hardcore punk. 
Al año siguiente, 1997, apareció “Vamos bien mañana mejor”, split junto a Enfermos Terminales, que también se editó en 7” en Sin Fronteras Discos, una etiqueta que supo capturar parte del sonido del cono sur en la segunda mitad de la década y que amplió la resonancia de los de Santiago.

Con el casete que se tituló con una de las tantas frases cínicas de la dictadura, las canciones llegaron con velocidad y con un sentido más general, salvo “Lúcido”, título claro que generó disímiles interpretaciones; el resto, canciones literales e incombustibles como “Cristiandad”, “Sudamérica nos está quedando chica”, “Nueve vueltas”, “Armado y sin cerebro” y “Escape”.

El pasado 14 de octubre vi por primera vez a Disturbio Menor en vivo. Estuve casi cuatro horas esperando que tocaran en una jornada benéfica con acento maratónico llamada “Fiestoca Cordones Musicales 2018”. Y luego de ver bandas con disímiles sonidos y horizontes; conseguir el último casete de D.M., el fanzine que recordará la reunión, y conversar con Cristian y Julio, Disturbio Menor se subió al apretado escenario del Comercio Atlético de calle San Diego.

Disturbio Menor se mostró en su mejor forma; sonaron como lo hubiesen hecho, me imagino, hace 22 años, pero con mejores equipos; ellos están más viejos, sí, aunque no tanto, sobre los 40 años; más chascones, calvos, canos; pero al verlos cantar y tocar no vi a adultos con la vista nublada por la compra fácil; vi adultos, no sé si casados, solteros, con hijos o con achaques, con sus ideas claras y con ganas de hacer cosas.

Esa noche me paré a un costado del escenario, necesitaba estar cerca, porque mientras tocaron yo grabé el show con mi celular; quería llegar a casa y seguir viendo la presentación, una y otra vez, como cuando escuchaba sus casetes y su 7” y tenía el tiempo que hoy no tengo.



El texto es parte del fanzine que Disturbio Menor publicó a propósito de su reunión.

viernes, 2 de noviembre de 2018

LATIN BLISS (O POR QUÉ AMAMOS LOS FANZINES)

La tapa de Latin Bliss, de fondo: Disturbio Menor.
Latin Bliss es un número único que nace con el objetivo de acompañar los lanzamientos de Cisnes Salvajes 1) Subir en Busca del Aire, demo, casete, y 2) Riesgo, MMXVIII, casete.
Pero también nace por la simple razón que en Cisnes Salvajes amamos los fanzines.
En la edición encuentras extensas entrevistas a Martín Sorrondeguy, y Cristian Olea y Julio Cortés de Disturbio Menor; un reporte de escena de la nueva ola del punk de Chicago, entre otras hierbas de la escena hardcore punk.

¿POR QUÉ LATIN BLISS SI TÚ HABLAS ESPAÑOL?

Latin Bliss es un local del northwest de Chicago donde llegan mayores de edad en limusina, cantando éxitos del vallenato; a pie, en micro o en pequeños autos. En su interior las diferencias sociales se rinden ante la música con sabor y sonido caribeño. Las mujeres no pagan el ingreso; los hombres sí. Puedes observar a viejos que huelen a flores con jóvenes exuberantes bailando sin cohibirse. Obreros, abogadas, periodistas, carniceros, artistas que desde el cono sur llegan a trabajar, en el Latin Bliss, encuentran un poco de su tierra.

Este zine se llama Latin Bliss, pero pudo llamarse Nunca Llueve Todos los Días, un fanzine de corta vida que escribí entre 1999 y 2001.
Aquí se baila.


MARTIN SORRONDEGUY, EL PUNK, CHILE, STRAIGHT EDGE, SUS BANDAS, EL TRABAJO Y EL AMOR A LOS 50 AÑOS (ENTRE OTRAS COSAS)

Martin en su departamento en Pilsen. Junio 25 de 2018, Chi-Town Fútbol, Chicago, Illinois Yo estaba parado, solo, mirando la fer...